POEMA XXVIII- AFERRADO A TU ALMA. AKASHA VALENTINE. ED. REEDITADA.
Oigo,
pero no escucho; el bullicio puede resultar un compañero de fatigas
demasiado molesto, así que sin atender su ruego pierdo la mirada
entre la multitud, intentando hallarte sin éxito, pero sin dejar de
intentarlo una y otra vez. Mientras que mis fatigados ojos exhaustos
por la falta de sueño no se cansen y decidan cerrarse, seguiré
buscándote. Aun si el ruido es demasiado fuerte o incómodo yo
estaré aquí para oírte susurrar mi nombre, esperando escucharlo,
anhelando ser esa caricia que al viento regalas cuando de tu boca
exhalas tu aliento. Tómate tu tiempo, yo podré esperarte tanto como
sea necesario, pues mi boca está saciada a pesar de tener la copa
medio llena, y la sed no me resultará nunca ninguna molestia y mucho
menos un inconveniente, así que sigue moviéndote a tu ritmo, estaré
bien, porque sé que tú estarás pensando en mí. No tengas miedo a
vivir, pues preciosa, aquí estoy, aferrando tu alma con todas mis
fuerzas.
Resulta
curioso encontrarse en este tipo de situación, donde querer a veces
no es poder, porque la realidad así me lo impide. Y en la trágica
añoranza ansío tenerte, aunque bien sepa que mi deseo es sólo una
emoción caprichosa y pasajera, que no logra desvanecerse aun cuando
todos mis esfuerzos la obligan a entrar en razón. Ahora que te veo
con mejor detalle de lo que lo hacía antes, me quedo extasiado
contemplándote bajo la falsa luz de unos focos que desnudan tu piel
y la hacen brillar. Donde mis dedos quisieran estar, donde mis yemas
desearían desfallecer, allí es donde las quiero llevar, mucho antes
de alcanzar el cruce de las cuerdas de tu vestido, de besos yo te
quiero llenar. No es que tema al olvido, lo que realmente me da miedo
es poder ser olvidado por la persona que más amé en este decadente
mundo. Así que, preciosa mía, sigue recordándome, pensando en mí,
no olvidando quién fui yo para ti, para que de esta forma mi
presencia siga siendo válida a tu lado, para que tenga el suficiente
coraje para poder continuar con esta existencia que está a punto de
desaparecer para siempre.
Pues
el cielo parece estar esperándome y sin embargo no deseo alcanzarlo,
al menos no hasta que pueda llevarte conmigo de la mano. Porque
aunque no lo diga, sé que lo sabes, sé que sientes que anhelo poder
acariciar el aire que respiras y devolvértelo en pequeños susurros
de amor siseados al viento y posados con cuidado sobre tus oídos. Mi
luz, mi rumbo, eres el faro que me guía en la oscuridad de la noche.
Cariño, cómo no voy a quedarme a tu lado, si cuando te miro me
vuelvo a sentir vivo de nuevo. Y mis labios, que hasta la muerte han
sellado, son capaces de extraer palabras de una canción ya
olvidada. Si en este presente tuyo ya no puedo estar, entonces con
gusto iré a tu ayer donde aún sigo vivo para poder estar contigo, y
poder tocarte con la suavidad de un pétalo, para poder erizar de
esta forma el vello de tu piel mientras te susurro al oído el placer
interno que haces crecer en mí. Deseo acabar, porque todo ha de
llegar a su final, diciéndote que la nostalgia no debería de ser un
amargo sorbo, sino un trago de esperanza, cuando nos volvamos a
encontrar.
Akasha Valentine 2015 © http://www.akashavalentine.com
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