miércoles, 5 de marzo de 2014

POEMA XVII- DESEO ARDIENTE. AKASHA VALENTINE. ED. REEDITADA.


POEMA XVII- DESEO ARDIENTE. AKASHA VALENTINE. 

Quédate a mi lado y no digas nada, simplemente guarda silencio y permite a las horas correr en nuestra contra. Desnuda tu alma a la llegada del crepúsculo sin miedo a nada, dale rienda suelta a tu mente y libérate de tus propios demonios. Siente el deseo, pues es la única fuerza que esta noche debe incitarnos a estar juntos hasta que el amanecer vuelva a despuntarse en el cielo. El sabor de tus labios ha comenzado a perderse en lo que para mí ya forma parte del pasado, por lo que acabo rogándote sin darme cuenta que vuelvas a besarme para que de esta forma tus besos continúen siendo aquí y ahora mi presente y sean eternos en mi memoria. Te he de confesar que la ternura que nace entre tus manos no la quiero ver desaparecer con un abrir y cerrar de ojos, por eso quiero seguir teniéndola sujeta a la mía ahora y siempre, hasta que los días se vuelvan años y los siglos conviertan a nuestros huesos en polvo. No sabes lo difícil que me resulta mantener la calma cuando te tengo cerca de mí, pues sólo con tu presencia ya provocas en mi ser una agitación que sin control alguno sacude mi interior desde los pies hasta la cabeza y mi pecho, aún enloquecido por la sensación que han dejado tras de sí tus caricias, ruega con la piel temblorosa que le sigas tocando hasta que el cansancio nos venza.

Sé que piensas que las heridas que ambos nos provocamos cuando nos separamos han comenzado a sanar, pero me temo que seguirán sangrando en el mismo instante en que tu aroma se desvanezca de esta habitación y todo volverá a ser como antes, y mi frustración se verá ahogada en el fondo de una botella hasta que decidas volver a mi lado para acabar de una vez por todas con esta desesperante situación a la que me atas cuando de mi lado te marchas. No te inquietes ni voltees tu cabeza para mirar por encima de tus hombros, pues son mis dedos los que ahora juegan sin control alguno sobre tu desnuda y prominente figura, mientras intento satisfacer a cada centímetro de tu piel sin importar el tiempo que me lleve. Nuestras miradas vuelven a cruzarse sin previo aviso, sin ser anunciadas, y el deseo es tan palpitante y aplastante que incluso llega a ser asfixiante, y a pesar de ello le ruego a Dios que esta magia no desaparezca, que la pasión no muera antes de llegar al clímax. No quiero que haya testigos de este amor que nos profesamos, ni miradas indiscretas; no quiero que nadie sepa lo fuerte que puede llegar a ser este deseo ardiente que guardo a buen recaudo guardo en lo más profundo de mi ser.

Pierdo el control de mis sentidos cuando tu boca besa mi piel mientras hago todo lo posible por mantener el dominio de esta situación que poco a poco se va escapando de mis manos.

Si esta noche voy a morir prefiero hacerlo entre tus brazos, en el momento más ardiente, mientras las uñas de tus dedos se clavan en mi piel y tu boca pronuncia sin cesar mi nombre, derritiendo mis oídos con cada sílaba que pronuncias. Y si mi final está cerca quiero poder llevarme conmigo el sonido de tu voz, el color de tu piel teñida por la pasión, el aroma de tu cuerpo satisfecho, en definitiva quiero llevarte conmigo para no sentirme solo cuando tenga que decirte adiós, aquí y ahora en un día al que llamaremos mañana amor. 

Akasha Valentine 2014 © http://www.akashavalentine.com

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