POEMA XIII- SIN NECESIDAD DE PALABRAS. AKASHA VALENTINE.
Si
te vas ¿qué me queda? Nada. Porque extrañamente mi vida ya no es
la misma desde que llegaste a ella. Confieso que tengo miedo, no a
vivir, como piensan muchos otros que murmuran en las esquinas de las
paredes cuando creen que no les oigo o no les veo. Siento pavor ante
la idea de tener que hacerlo sin ti, cada día, cada segundo e
instante de mi existencia, pues soy consciente de que el tormento del
que tanto reniego se aferrará a mi cuello como la soga de un verdugo
a su víctima. Temo al olvido más que a la propia muerte, porque con
la primera cesa el afecto, la memoria tiende a olvidar que hay
caricias que valen más que mil palabras conjuntadas y todo ello me
provoca una desazón amarga en la boca del estómago, pues anuda a mi
garganta e impide que hable cuando debo hacerlo.
Imaginar
que algún día no podré tenerte hace que el dolor sea una carga
insoportable de llevar. Soy consciente de que tu pérdida me
enloquecerá y la necesidad de recuperarte se avivará. Y querré
morir devorado por las llamas, siendo consumido por el suplicio y el
pesar que de otra forma no puedo expresar. Y con este mal sueño te
llamo en la oscuridad de la noche cuando el ocaso se ha ido a dormir,
una vez para oírte meciéndote entre las sábanas, dos veces para
traerte de vuelta, tres para ayudarte a darte cuenta de donde estás
y una cuarta para arrebatarte ese beso que aún duerme apoyado en tu
boca y que de forma sorpresiva se despierta cuando mi lengua te toca.
Tú, qué sin darte cuenta has llegado más lejos que nadie, a lo más
profundo de mi corazón, te sorprendes cuando te digo que te quiero
tanto, de que seas mi más preciado regalo que sólo brilla ante mis
ojos como la joya más valiosa del mundo.
Cariño,
¿cómo no te voy a amar, si cuando estoy a tu lado siento que puedo
ser mejor persona? Y aun así tu desconfianza crece. ¿Cómo crees
que me siento cuanto oíio que las cosas más simples te angustian?
Escúchame amor mío. Quiero que mi voz sea tu consuelo, mi cuerpo tu
escudo, mi corazón tu arma, para que nunca sientas la derrota o el
miedo. Caminaré a tu lado, sin importar los kilómetros que tenga
que recorrer calzado o descalzo; lo haré porque te quiero, y eso es
lo único que a mí me importa. Mi luz, mi brillante refugio, déjame
quedarme entre tus brazos un poco más de tiempo, las horas aún
duermen en sus relojes de cuerda que arropados por las manecillas
sueñan con lugares en los que nunca podrán estar. Así que déjame
ser la única persona espacial en tu vida, como tú lo eres en la
mía, ahora y para siempre, sin límite de tiempo, sin falsas
promesas en las que apoyarnos. Porque lo único que quiero es poder
estar a tu lado cada día de mi vida.
Akasha Valentine 2014 © http://www.akashavalentine.com
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