POEMA XXIX- ESPERANZA DE AMOR. AKASHA VALENTINE. ED. REEDITADA.
Respira
tranquilo, no aturdas a las ideas ni ahogues a las palabras con la
presión de la dudas cerniéndose ahora sobre nosotros, pues ante el
miedo de preguntarte cómo te sientes, seguiré estando aquí a tu
lado como de costumbre callada, pues existen demasiados motivos para
tener miedo, y muy pocas esperanzas a las que aferrarme, cuando tu
piel desnuda bañada por la luz de la luna palidece a cada instante,
tus hombros caen con tus brazos y tus ojos fingen ya no verme. Es
ahora cuando mis dedos ya no te tocan y tu lengua no se adormece con
el sabor de mi piel, que pienso que este sueño que estamos viviendo
tarde o temprano llegará a su final. Quizás, ante la evidencia de
lo difícil, nos hemos rendido sin llegar a luchar, y sin fuerzas y
derrotados hemos llenado de silencio este espacio donde las caricias
ya son meros recuerdos y los gemidos ecos insonoros que nunca más
podremos volver a oír.
Te
miro, aun cuando no deseo verte, porque al contemplarte quiero
tenerlo todo de ti: lo que tuve, lo que he tenido y lo que jamás
llegaré a tener. Sé que le pido demasiado a la esperanza, que vivo
engañando al optimismo con viejas cartas escritas por tu propio puño
y letra, ¿pero qué otra cosa puedo hacer? Si mis manos lo único
que desean en estos momentos es poder alcanzarte para cubrir esa
necesidad de soledad que resulta ser tan pesada y aplastante cuando
no me tocas. Si pudieras detener tus ojos durante unos segundos sobre
los míos te darías cuenta de que lo que aún siento por ti es amor
verdadero. Cariño, sé que es fácil ser débil, cuando estás
siendo engañado por la derrota, que te jura y te promete que será
más sencillo de esta forma, pero lo que yo te pido, amor mío, con
el corazón es que no te alejes de mi lado cuando pienses que el
dolor puede tocarte, pues yo seré tu escudo y tu arma para
defenderte.
Y
si aun con todo ello mis palabras no te convencen dejaré reposar en
tu boca un cálido beso que sea sólo para ti, para que te haga soñar
con un mundo donde el amor sea la esencia de la vida misma. No te
rindas, no es el momento de sentirse abatido, pues el viento vuelve a
soplar a nuestro favor; es hora de cogerse de las manos, de hacer
realidad este sueño al que nunca quise poner punto y final. He
estado pensando que tal vez lo mejor para los dos sería no dejar que
otros tomasen las decisiones por nosotros. Ahora que estamos tú yo
aquí, bajo un mismo foco de luz, mirémonos cara a cara y tal vez
sólo así podremos salvar esta relación a la que nunca debí o
quise obligar a poner punto y final.
Akasha Valentine 2015 © http://www.akashavalentine.com
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