POEMA X- TU MANO. AKASHA VALENTINE.
Sobre
un cielo despejado e iluminado por los rayos del sol he alzado mi
mano al aire aguardando una emoción sorpresiva, un instante que no
quiera huir ni desaparecer de mi lado en el corto intermedio que dura
un abrir y cerrar de ojos. Con los labios pegados a mi boca
semicerrada se va escapando el escaso aire que queda en el interior
de mis pulmones vacíos, y ese mismo oreo se aleja de mí formando
pequeños suspiros que son despedidos con amargo pesar por la
comisura de mis labios. Dejo mi mirada expuesta, atendiendo el ruego
de mis pupilas que inquietas desean jugar con las ramas de los
árboles que como brazos extendidos se enredan entre sí imitando los
abrazos de los amantes que bajo esas mismas copas se acurrucan
buscando el cobijo que la sombra les ofrece. Tentado quedé y
prendado por su refugio me recogí, y mucho antes de que fuera
consciente de lo que iba a suceder tu mano terminó
rodeando a la mía, y yo te eché a un lado, evitando que vieras mis
propios miedos y demonios e impidiéndote de esta manera que te
dieras cuenta de que en realidad lo que estaba haciendo era
protegerte de lo que yo por aquel entonces creía una barrera
insuperable. Si te sonreía, era más cortesía que por valentía,
para mí las apariencias lo eran todo y en la timidez me ocultaba
para no tener que encontrarme cara a cara con mis propias emociones.
Pero
tú, que sabías cómo leer entre líneas, que me veías tal y como
era yo, dejaste a un lado los convencionalismos sociales y nuestros
dedos quedaron así entrelazados en perfecta unión como dos piezas
de puzzle. Quiero ser, me dijiste, la única persona en tu vida capaz
de teñir tus mejillas de un color rosado rojizo en la intimidad de
la noche. Mi meta será sentir el tacto de tu piel bajo un lecho de
amor consumido por el deseo, para encontrarme cara a cara con la
necesidad de ser amado. Y a pesar de lo que vivimos por aquel
entonces, que para mí aún sigue siendo como un sueño efímero, soy
consciente de que no hay nada malo en lo que hacemos, pero
lamentablemente el mundo en el que vivimos se empeña en catalogar al
amor y a las personas que no comparten su misma visión. Pero yo no
veo nada malo en ti, pues mis ojos se han visto reflejado en el
interior de los tuyos, y me he dado cuenta de que sólo te puedo
querer a ti, pues eres la única persona que es capaz de saciar mi
sed cuando mis labios están secos, tú eres el único que entiende
cómo
funcionan mis emociones o el albañil que es capaz de levantar los
ladrillos caídos de mi corazón roto por la desesperación.
Quiero
amarte, y ser libre de poder hacerlo, sin etiquetas, sin falsas risas
o dedos que nos señalen cuando tu mano se une a la mía y no hay
nada malo en ello. Algún día, tal vez, en algún lugar no muy lejos
de este lugar no
muy lejos de éste, daré con un cielo teñido de colores
anaranjados en el que espero poder hallar tu sonrisa una vez más.
Anhelo atesorar este momento como el más preciado de toda mi vida
para toda la eternidad. Soy
plenamente consciente de que este amor que por ti siento es la fuente
de mi vida, la razón de mi existir, la brújula que me guía hacia
una vida mejor. Este amor para mí es tan novedoso que me resulta
confuso y a su vez aterrador. Me provoca vergüenza y a la vez
miedo, pero sé que sin ti nada sería lo mismo, si tu mano no
estuviera ahí tendida siempre que la necesito. Quiero entrelazar
nuestros labios en la oscuridad de la noche para reafirmar nuestro
amor. Quiero que me sigas sorprendiendo con pequeños gestos de
ternura cuando menos me lo espere. En definitivamente
quiero
sostener tu mano aunque tú pienses que con este gesto simple y
llano,
no conseguirás nada más.
Akasha Valentine 2013 © http://www.akashavalentine.com
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