domingo, 15 de diciembre de 2013

POMA IX- ÁMAME HASTA QUE DUELA. AKASHA VALENTINE. ED. REEDITADA.


POEMA IX- ÁMAME HASTA QUE DUELA. AKASHA VALENTINE. 

El hoy será mañana y me cuesta aceptar este hecho como parte de la vida. Lo que hace una milésima de segundo era presente, ya es pasado en mi existencia, y tal vez sea por ese miedo a perder lo que tengo que hace que valore esas primeras experiencias como auténticos tesoros que como bien sabes no volverán a repetirse. Por eso te pido que no me niegues tu mirada cuando la necesito en el interior de mi ser para poder seguir viviendo, aunque tú creas que exagero, yo bien sé que eres la fuerza que impulsa a mi corazón a seguir latiendo. Por eso ruego a la vida, para que me dé el suficiente conocimiento como para aprender más sobre lo ya vivido, pues no quiero pensar que nuestras almas no están destinadas a estar juntas para toda la eternidad, aun cuando yo siento que a tu lado no necesito emplear palabras cuando el silencio se acomoda entre tu cabeza y mi almohada. Qué difícil es llevar sobre mis hombros este triste pensamiento, que en forma de sueño me habla de lo que aún está por llegar sin haber hecho todavía acto de presencia, pues soy consciente de que algún día ese mismo sigilo al que tanto me gusta alabar rondará nuestras bocas y silenciará para siempre estás mismas palabras y otras muchas otras que no supimos expresar. ¡Y qué pesar causa en mí! Al ser consciente de que ya no habrá más besos en los que refugiarse en la tempestad que nace en el deseo del lecho, qué amarga sensación se quedará en mí si el día de mañana ya no estás aquí para ayudarme a ser feliz, sólo como tú sabes hacerlo. Qué aterradora me resulta la idea de pensar que el día menos pensado tu vida se escapará de mis manos sin que yo pueda hacer nada por evitarlo. Me aflige y me duele el pecho sólo de pensarlo. Cariño, soy consciente del peso que tienen estas palabras sobre ti, y por eso quiero que sepas que si crees que en algún momento necesitas seguir caminando sin echar la vista atrás, no te preocupes, te dejaré que lo hagas con la única promesa de que vuelvas a mi lado cuando te hayas encontrado. Si piensas que este amor es demasiado fuerte para ti aflojaré las cuerdas con las que te he atado con el fin de que no sufras. Pues lo que menos deseo en esta vida es matar este amor con mis propias manos. Si en algún momento la ira se apodera de tu ser déjala salir de forma inmediata, para que así el odio que en estos momentos te embriaga no reine en tu corazón y yo acabe siendo dañado por esas malignas emociones que nunca te pertenecieron. Qué duro me resulta pensar que cada acto de nuestra vida condiciona las decisiones de otra persona. Qué pesado se hace el mundo y qué angustioso resulta cuando tu sonrisa no ilumina mi existencia. Pues si en algún momento crees que te oculto algo retírame la mano para que así pueda seguir viéndote tal y como eres, para que me dé cuenta de que eres todo cuanto necesito. Si crees que una simple lágrima no es suficiente como para retenerte tras una pelea, entonces permitiré a mis ojos que suelten tantas como sean necesarias con el fin de encontrar consuelo entre tus brazos. Si piensas que en algún momento la soledad está al acecho de tu persona no te preocupes, que te cubriré con el amor de mi ser para que de está forma desaparezca de forma inmediata de tu vida. No quiero que tu boca bese otros labios que no sean los míos. No quiero pensar que tu amor se ira lejos de mi lado, a un lugar inalcanzable para mí. No quiero que pensar que este amor es tan sólo un sentimiento pasajero, libre y sin dueño. No quiero que la tristeza sea el barco de mi vida, que me lleva sin rumbo fijo alejándome de tu persona. Qué fácil es y a su vez qué liberadores resultan los sentimientos correspondidos, los besos aceptados y devueltos. Los que van y bien, los que son impresos en hojas de papel y sólo son para nosotros. Qué esperanzador es encontrar una mano en mitad de la noche, un cuerpo desnudo y cálido bajo un lecho de rosas sin espinas. Qué hermosa es la vida ahora que el amor que tanto miedo me daba ha vuelto a mi corazón sin sombras, miedos o dudas. Porque eres tú, ya a nada le puedo temer, siempre y cuando tu seas el guía que ilumina mi camino hasta el final de mi vida.
 
Akasha Valentine 2013 © http://www.akashavalentine.com


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