E.B.
Leighton. Fotografía: Wikipedia.
POEMA V- LAS PALABRAS QUE NO SON NECESARIAS. AKASHA VALENTINE.
Qué
grande resulta la distancia y qué lejana la cercanía aún cuando
estamos juntos en la misma estancia, donde tu hombro semidesnudo
descansa sobre una pared vacía y fría mientras mantienes la mirada
fija en la ventana. Allí donde las gotas de lluvia se pegan al
cristal, tú con tu diminuta boca exhalas el mismo aire que la vida
te da para sorprenderme actuando de forma infantil dibujando con las
puntas de tus dedos imágenes inanimadas que con afán te gustaría
poder gestar. Y cuanto más te miro, más me doy cuenta de que eres
como un enigma para mí, un rompecabezas sin solución, un puzzle al
que le faltan algunas piezas. Mirarte quisiera, día y noche
contemplarte, hechizado me tienes y fascinado me quedo, pues sólo tú
eres capaz de provocar en mí semejantes emociones sin decir nada,
pues no me dejas articular palabra alguna cuando te miro y en mitad
del incómodo silencio que hemos creado tus huellas resuenan
levemente, trayéndome de vuelta a realidad, cuando tus manos se
extienden para tocarme y con tus provocadoras yemas rozas y dibujas
sobre mis agrietados labios la forma en la que el tormento de
ansiedad se crea por desear y anhelar lo que no puedo tener y esa
idea de estar unido de forma eterna atado a tu propia boca me quita
el aliento, me consume por dentro, me fatiga y me hiere, me quema y
me pudre, y aún así sigo deseando ser ferviente devoto de tu
persona aún siendo consciente del lamentable estado en el que me
dejas. Me quejo por todo, lo sé, y me siento patético por pensar de
la forma en que no debo, es tan sencillo perderse en el dolor y la
tragedia que anida en el interior de mi pecho que hasta a un genio le
resultaría difícil escapar de mi propia prisión personal. Ven,
amada mía, a la hora del crepúsculo, a donde habita el infortunio
acogida por la desventura. Se me atraganta la lengua en el interior
de mi paladar al pensar que en esta noche seré tuyo durante unas
horas nada más. Y tal vez sólo unas minutos antes del amanecer
recobre la consciencia para saciar de nuevo está sed que no se
calma, esta llama que no se extingue y que se inflama cuando tus
senos desnudos son devorados por mi boca y entre gemidos y quejidos
te hago mía una vez más. Qué fácil resulta encontrar a tus manos
dispuestas a sucumbir a mi merced, pues siempre parecen estar
dispuestas a taparme con el velo de la verdad y ocultarme todo cuando
no deseo tener delante de mis ojos. Qué altanero resulta el tiempo
cuando nos acecha en contra de nuestra voluntad,esperando con
impaciencia a que esa humanidad que anida en nuestro interior muera.
Y aun así, aun siendo conscientes de que la muerte está más cerca
de lo que creemos conversamos de forma pausada, imaginando sueños
que nunca llegarán a puerto. Qué agotador resultaría para mi alma
descargar todas estas lágrimas que viven aún en mi mientras permito
a mi mente juguetear con la idea de encadenarte por toda la eternidad
a mi ser con el fin de aplacar el dolor que en mi pecho resurge y que
no me deja vivir. Quiero volver a sentir el calor de tu cuerpo, el
tacto de tus manos, la fuerza de tus brazos, para que de esta forma
pueda enfrentarme a un destino del que no puedo escapar. Qué
sencillo resultaría cerrar los ojos y olvidar todo cuanto he ido
aprendiendo en esta vida. Qué perecederos resultan los buenos
momentos y qué eternos y fastidiosos los malos. Fatigado y cansado
me siento pesado ahora que soy consciente de que mi vida sin ti ya no
tiene sentido alguno.
Akasha Valentine 2013 © http://www.akashavalentine.com
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