POEMA XXV- ENTRE MIS BRAZOS. AKASHA VALENTINE. ED. REEDITADA.
Duerme
el tiempo entre mis manos, y los recuerdos que creía olvidados en
algún lugar de mi pasado han regresado a mi lado. Y llenan de
pesadumbre mi alma, doblegando mi voluntad a su antojo, curvando así
mis brazos y mi torso, mi piernas y mis dedos, obligándome a
adquirir una posición sumisa ante el dolor. Evoco recuerdos en mi
exhausta mente, y
traigo a mi memoria tu nostálgica y angelical cara, plasmada en la
melancolía, con la mirada extraviada, sin tener un punto fijo al que
anclarse, porque por aquel entonces no deseabas mirarme. Rescato, sin
yo quererlo, las palabras que en su momento no pude
decirte y que ahora sin previo aviso son capaces de asomarse al borde
de mis labios con el único
fin de ser pronunciadas una y otra vez
sin cesar, con perseverancia, anhelando ser oídas
por tus oídos y compensadas
por los besos de tu boca.
Ansío
lo que no tengo, lo que tuve y ya no sostengo, extraño pues el tacto
de nuestros dedos, que nunca estuvieron del todo cómodos
con la posición de nuestras manos,
pues si yo tiraba de ellos tú los empujabas hacia abajo, y si yo me
negaba a cogerlos tú tirabas de éstos,
y así nunca estuvimos del todo satisfechos, como
si nuestras manos y dedos no encajasen a la perfección. Sabe
pues
mi derrota a resignación, y ante este
lúgubre pensamiento he de
rendirme, hastiada por los remordimientos, por el silencio que me
ahoga tapándome con sus manos para que ya no diga nada, llenado mi
estómago de voraces sensaciones que me agotan y me rompen. Aun
siendo consciente de que te amo más que a la vida misma, lo único
que me queda ya por hacer es encerrar a mis emociones en una caja con
mil candados y arrojar las mil llaves a las profundidades de los
océanos.
Y
aun
así, aun
siendo consciente de que estas palabras no
serán el fruto de mi salvación, ni los actos mi bote salvavidas, es
mejor que nada, saber
que nunca podré volver a tenerte entre mis brazos hace
que
me
reconforten
esta clase de pensamientos. Vete pues, ya nada nos queda salvo un
puñado de sentimientos vacíos e inexpresivos, un sin fin de
palabras sin significado y una caja llena de fotografías cuyos
recuerdos ya no nos pertenecen. Todo se ha ido, ya nada queda,
incluso el sabor de tus labios se ha esfumando poco a poco de mi boca
sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo. Lo, ves, nada resiste ya
salvo lo que ves, y aún así de manera fatigosa yacemos moribundos
en este sueño al que llamamos anhelo, intentando dar sentido a lo
que tiempo atrás conocimos.
Akasha Valentine 2014 © http://www.akashavalentine.com
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