POEMA XXIII- VATICINANDO TU DESTINO. AKASHA VALENTINE. ED. REEDITADA.
Siempre
me he preguntado por qué los copos de nieve no se dejan atrapar. Ya
sea bajo una noche fría o al
comienzo de una
mañana tibia, con la mano cubierta por un guante, o con la piel
desnuda, no se dejan retener.
Es
duro, porque
ya no puedo volver al ayer para caminar sujeta por la firmeza de tu
mano, con tus dedos enredados en
los míos, con nuestras ropas siendo mecidas por el gélido viento y
nuestros labios agrietados lamiéndose mutuamente las heridas que la
fría
estación del
invierno
deja tras su paso. No se puede vivir de los recuerdos que viven en
las fotografías o en las portadas de las revistas que un día
ocupamos, y tampoco puedo pedirte que vuelvas de ese lugar al que te
has ido para no volver jamás. Muerdo con desazón mi lengua,
malditas sean las palabras que un día arroje con arrogancia y vertí
con malicia sin darme cuenta de que en el fondo lo único que lograba
con ellas era hacerte más daño.
Si
pudiera volver atrás en el tiempo me golpearía y una y mil veces en
la cara para hacerme entrar en razón y así dar lo mejor de mí
cuando estabas a mi lado y no ahora cuando te has ido de mi vida sin
dejar ni rastro. Dime cómo
se puede se puede volver a vivir una vida desde el principio si tú
ya no estás en ella para dar pie al inicio. Me atosigan los
pensamientos, y no quiero creer que la verdad que me muestran mis
ojos es la realidad a la que debo de enfrentarme cada día. Si
tu voz volviera a ser oída estoy segura de que mi pena se esfumaría,
pues en este sueño que vivo todos los días tu cuerpo se pudre en un
lecho frío cubierto por la tierra que piso y tu tumba decorada de
flores marchitas manifiesta una realidad a la que no quiero ser
enviada cada segundo de mi angustiosa existencia.
Amor,
mi amor, vuelve a mí, no te quedes al otro lado de la orilla, donde
mis brazos se fatigan si nado, donde mis dedos no llegan si los
estiro para tocarte. Mi vida, nunca quise ser ese pesar que sobre tus
hombres hice cargar en reiteradas ocasiones. Yo solo quería ser
mejor que tú, para tener mi conciencia tranquila, para sentir que
mis sueños ya se habían cumplido y nada más sería una distracción
en mi camino, salvo tú, mi eterna y delirante obsesión. ¡Ay
de
mí! Esos
ojos en los
que tantas veces me vi ya no están aquí para volver a mirarme en
ellos, y las risas ya resuenan
como antes, ni los atardeceres tienen el peso de antes. Sólo quedan
letras en papeles borrosos en los que tus trazos han quedado
olvidados por mis ojos. Todo cuanto viví a tu lado sigue siendo como
un sueño, una emoción con la que cada día me visto como si fuera
mi traje de los domingos. Y siempre con una copa en la mano por mi
corazón rebosado está de nostalgia, y las penas no se ahogan solas
si el alcohol que ingiero no las ayuda. Ahora que el silencio me
acompaña
creo que dormiré un poco más para olvidarme de la cruda realidad.
Akasha Valentine 2014 © http://www.akashavalentine.com
NOTA LEGAL: Akasha Valentine 2011- 2014 ©. La autora es propietaria de esta obra y tiene todos los derechos reservados. Si ves algún poema en otra web, foro u otro medio, están cometiendo un delito, salvo que cuenten con el permiso expreso de la autora, y siempre que esté citada la fuente y la autoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario