jueves, 10 de febrero de 2011

POEMA XL- HEROÍNA. AKASHA VALENTINE.


HEROÍNA

Aún recuerdo con cierta claridad tu pequeña y delgada manos sotenida en el aire como si alguna fuerza invisible la estuviera sujetando sólo para mí. Y sin embargo, no pude decir o hacer nada, simplemente me quedé mirándola sin saber muy bien qué hacer.



Por primera vez en mi vida sentí lo que era sentirse en paz con uno mismo, cuando de tu boca salió una simple y llana palabra. No esperaba oirte pronunciar mi nombre y sin embargo ahí estaba, en el borde de tu lengua, en la punta de tus labios en el color carmesí que teñía tu boca.



Mis ojos, que se abrieron como platos, permitieron que la luz que iluminaba aquella estancia vacía se filtrara a través de mis pupilas y pudiera verte tal y como eras. Y mi cabeza, que a su vez se alzaba lentamente en el aire, sin prisa, pero sin pausa, me obligó a ir despacio pero seguro.



Tus ojos, hermosos y claros, me miraron, se estrecharon y lograron agitar mi corazón hasta hacerlo enloquecer. La expresión de mi rostro se aligeró, y la carga que portaban mis mejillas se soltó de repente, permitiéndome mostrarte la más bella y cálida sonrisa que jamás había creado para otro ser humano.



Mi mano, que había permanecido inalterable, se alzó en el aire buscando un punto al que sujetarse y antes de que pudiera darme cuenta ya había encontrado algo a lo que aferrarme, una mano amiga que estaría siempre tendida para mí.



Esa cálida mano no era lo único en lo que podía pensar en esos momentos, una extraña sensación de malestar e incertidumbre rondaba tambien sin descanso en mi corazón y alma. Y sin embargo, antes de que pudiera darme cuenta, esos temores habían comenzado a desaparecer gracias a ti.



No es fácil ponerle nombre a esta clase de sentimientos, no es sencillo expresarlo con palabras ni con gestos o dibujos, simplemente te dejas llevar por ellos, los atesoras en lo más profundo de tu ser y lo único que deseas es que no se marchen nunca de tu lado para no sentir que la soledad se ha vuelto poderosa y feroz.



Tu siempre serás mi heroína. La mujer más perfecta e inalcanzable que el mundo haya conocido. Tu voz no tendrá sombra, tu imagen será siempre inmaculada y seguirás resultando inalcanzable. Aunque no te lo confiese, tu vida será imborrable en el tiempo, tu legado eterno y tu amor por mí eterna devoción.

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