lunes, 31 de enero de 2011

POEMA XXXI- SUEÑOS. AKASHA VALENTINE


SUEÑOS. 

Esta noche he cerrado con sumo cuidado mis ojos, mi mente se ha olvidado de recordarme que lo que voy a vivir de nuevo a tu lado es tan sólo un sueño.
Mi delgado cuerpo se ha vestido de gala con un hermoso vestido blanco sin tirantes, mis ojos se han perdido en el horizonte y mis pies han decidido descansar bajo un viejo árbol de ramas desnudas y hojas negras.

El viento ha comenzado a mecer mis cabellos, las hojas que momentos antes vivían en lo alto de las ramas han comenzado a caer de forma despreocupada para después ser engullidas por la tierra que piso bajo mis pies.
Mi corazón se ha agitado levemente cuando he comenzado a escuchar el sonido de tu voz en la lejanía, pero temiendo que tan sólo fuera la esperanza de volverte a ver he tenido que girarme muy lentamente para no romperme en mil pedazos.

La lluvia, del mismo tono que cubre las hojas del árbol en el que me encuentro, ha comenzado a teñir mi cuerpo y mi vestido y en cierta manera me he sentido algo deprimida porque no quería que mi imagen angelical se estropeara antes de poder encontrarte de nuevo en mis sueños.

Lentamente tus pies han sido capaces de encontrar las huellas que con sumo cuidado fui depositando para ti y sin darme cuenta un sentimiento de felicidad ahora inunda mi pecho.
Nuestras miradas han vuelto a encontrarse una vez más en un reino donde nos es imposible estar por demasiado tiempo.
Tu delicada mano ha vuelto a extenderse una vez, invitándome a ser tocada, sentida y cogida.

Las yemas de tus dedos rasgan mi piel, pero el dolor es placentero, casi como un consuelo para mi ser.
Queremos ser tan felices en este instante, alcanzar el cielo para poder morir en la tierra y sin embargo nuestro propio egoísmo nos lleva a destruirnos y a morir en un sueño que somos incapaces de hacer realidad.

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