DESEO ARDIENTE.
Quédate a mi lado y no digas nada, simplemente guarda silencio y permite a las horas correr en nuestra contra.
Desnuda a tu alma esta noche sin miedo a nada, dale rienda a suelta tu mente y libérate de tus propios demonios.
Siente el deseo, es la única fuerza que esta noche debe de incitarnos a estar juntos hasta que el amanecer vuelve a despuntar en el cielo.
Las luces de las farolas aún siguen iluminando las tenues y frías calles, así que puedes quedarte tanto tiempo como desees, tanto como los traicioneros segundos nos lo permitan.
El sabor de tus labios ha comenzado a perderse en el pasado, por lo que acabo sin darme cuenta rogándote que vuelvas a besarme para que de esta forma continúen siendo eternos.
La ternura de tus manos provoca que mi alma se agite sin control en el interior de mi ser
y mi pecho enloquecido por las carias de tus dedos se agita con violencia esperando vivir en tu interior.
Las heridas que ambos nos provocamos cuando nos separamos han comenzado a sanar,
pero me temo que seguirán sangrando en el mismo instante en que tu aroma se desvanezca de esta habitación.
Mis dedos ahora juegan sin control alguno sobre tu desnuda y prominente figura,
mientras intento satisfacer cada centímetro de tu piel sin importar el tiempo que me lleve.
Nuestras miradas vuelven a cruzarse, el deseo es tan palpitante y aplastante que incluso llega a ser asfixiante, y a pesar de ello, le ruego a Dios que esta magia no desaparezca, que el deseo no muera antes de llegar al clímax.
No quiero que haya testigos de este amor, ni miradas indiscretas, no quiero que nadie sepa lo fuerte que puede llegar a ser este deseo ardiente que guardo a buen recaudo en lo más profundo de mi ser.
Pierdo el control de mis sentidos cuando tu boca besa mi piel mientras hago todo lo posible por mantener el control de esta situación que poco a poco se va escapando de mis manos.
Si esta noche voy a morir, prefiero hacerlo entre tus brazos, en el momento más ardiente de la noche, mientras las uñas de tus dedos se clavan en mi piel y tu boca pronuncia sin cesar mi nombre.
Si mi final esta cerca, quiero poder llevarme conmigo el sonido de tu voz, el color de tu piel teñida por el deseo, el aroma de tu cuerpo satisfecho, en definitiva quiero llevarte conmigo para no sentirme morir cuando tenga que decirte adiós.
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