POEMA XVII- DESEO ARDIENTE. AKASHA VALENTINE.
Quédate
a mi lado y no digas nada, simplemente guarda silencio y permite a
las horas correr en nuestra contra. Desnuda tu alma a
la llegada del crepúsculo
sin miedo a nada, dale rienda suelta a
tu mente y libérate de tus propios demonios. Siente
el deseo, pues
es la única fuerza que esta noche debe incitarnos a estar juntos
hasta que el amanecer vuelva
a despuntarse
en el cielo. El
sabor de tus labios ha comenzado a perderse en lo que para mí ya
forma parte del pasado, por lo que acabo rogándote sin darme cuenta
que vuelvas a besarme para que de esta forma tus besos continúen
siendo aquí
y ahora mi
presente y sean
eternos en mi memoria. Te he de confesar que la ternura que nace
entre tus manos no la quiero ver desaparecer con un abrir y cerrar de
ojos, por eso quiero seguir teniéndola sujeta a la mía ahora y
siempre, hasta que los días se vuelvan años y los siglos conviertan
a nuestros huesos en polvo. No sabes lo difícil
que me resulta mantener la calma cuando
te tengo cerca de mí,
pues sólo con tu presencia ya provocas en mi ser
una agitación que sin control alguno sacude
mi interior desde los pies hasta la cabeza y mi pecho, aún
enloquecido por la sensación que han dejado tras de sí tus
caricias, ruega con la piel temblorosa que le sigas tocando hasta que
el cansancio nos venza.
Sé
que piensas que las heridas que ambos nos provocamos cuando nos
separamos han comenzado a sanar, pero me temo que seguirán sangrando
en el mismo instante en que tu aroma se desvanezca de esta habitación
y todo volverá a ser como antes, y mi frustración se verá
ahogada en el fondo de una botella hasta que decidas volver a mi lado
para acabar de una vez por todas con esta desesperante situación a
la que me
atas
cuando de mi lado te marchas. No te inquietes ni voltees tu cabeza
para mirar por encima de tus hombros, pues son mis dedos los que
ahora juegan sin control alguno sobre tu desnuda y prominente figura,
mientras intento satisfacer a
cada
centímetro de tu piel sin importar el tiempo que me lleve. Nuestras
miradas vuelven a cruzarse sin previo aviso, sin ser anunciadas, y el
deseo es tan palpitante y aplastante que incluso llega a ser
asfixiante, y a pesar de ello le ruego a Dios que esta magia no
desaparezca, que la
pasión
no muera antes de llegar al clímax. No quiero que haya testigos de
este amor
que nos profesamos,
ni miradas indiscretas; no quiero que nadie sepa lo fuerte que puede
llegar a ser este deseo ardiente que guardo a buen recaudo guardo
en lo más profundo de mi ser.
Pierdo
el control de mis sentidos cuando tu boca besa mi piel mientras hago
todo lo posible por mantener el dominio
de esta situación que poco a poco se va escapando de mis manos.
Si
esta noche voy a morir prefiero hacerlo entre tus brazos, en el
momento más ardiente, mientras las uñas de tus dedos se clavan en
mi piel y tu boca pronuncia sin cesar mi nombre, derritiendo mis
oídos con cada sílaba
que pronuncias. Y si mi final está
cerca quiero poder llevarme conmigo el sonido de tu voz, el color de
tu piel teñida por la
pasión,
el aroma de tu cuerpo satisfecho, en definitiva quiero llevarte
conmigo para no sentirme solo cuando tenga que decirte adiós, aquí
y ahora en un día al que llamaremos mañana amor.
Akasha Valentine 2014 © http://www.akashavalentine.com
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