ANHELANDO LO PROHIBIDO.
Quédate muy callada con la mirada fija en mis ojos permitiendo que el sol ilumine tu rostro.
Permitamos a las palabras que sobran enmudezcan en este momento, para que así los sentimientos
puedan salir a flote y nuestros cuerpos sean capaces de hacer todo cuanto les plazca.
Sin darme cuenta de ello, he acabado postrándome ante tu belleza, ante la luz cegadora de tu sonrisa.
He jugueteado con el viento para poder alcanzar tu perfecta pero escueta cintura.
Y he atesorado con ternura el amor que siento por ti en lo más profundo de mi corazón.
He anhelado robarle al tiempo los momentos que me he perdido por no poder estar contigo.
Y he empezado a ser consciente de que soy un ladrón con honor o quizás un príncipe enamorado.
Porque lo que más deseo en esta vida es poder guardar esta felicidad en un lugar seguro
donde nadie pueda encontrarla, donde nadie pueda estropearla.
Atrapemos cada instante en el tiempo como si fuera una estrella fugaz.
Besémonos bajo cielos estrellados desde donde nadie nos observa.
Amémonos hasta que el amor nos duela o nos mate.
Quiero volver a verte, porque en cada instante que estoy sin ti una parte de mí acaba muriendo.
Porque desde que te conozco la vida comenzó a tener un sentido, una razón y un motivo.
Y siento que con cada verso que escribo anhelo lo prohibido.
Dejemos en cada rincón de esta vida una imagen grabada a fuego,
para que de esta forma podamos tener millones de recuerdos grabados en nuestro pecho.
No permitas nunca que la tristeza de mis ojos confunda este amor que siento por ti,
pues te amo tanto que si alguna vez tú me faltas, te juro que no sabría como vivir.
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